Visita nuestra web cpcgrupo.com y el twitter @cpcpsicología

CPC-Comportamiento Humano te da la bienvenida a nuestro blog, disfrútalo.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

APRENDER EN IGUALDAD


Mucho se ha hablado y sobretodo durante la última década, de la violencia de género, se ha puesto hincapié en la prevención y en la concienciación del problema, que ya es un paso muy grande. Se han creado leyes y se han puesto en marcha medidas de actuación que han sido informadas a la población. El pasado mes de noviembre se celebró el día mundial contra la violencia de género, y durante estos días se vieron intensificadas estas actuaciones por medio de actos, congresos, películas temáticas y anuncios de televisión. Pero no basta sólo con eso, es necesario ir más allá y encargarnos de una serie de factores que están presentes antes de que se ocasione el problema.
Un aspecto importante es la coeducación, ¿qué significa coeducación? ¿que niños y niñas se eduquen juntos? no, es educar en igualdad, la violencia de género no sólo es un acto que tiene una serie de consecuencias, sino que a su vez este problema es resultado de una determinada educación, de una cultura y los paradigmas que conlleva, entre otros.
Debemos educar en igualdad de derechos y oportunidades (y obligaciones) a niños y niñas sin que la diferencia de género suponga una exclusión, debemos considerar que los valores y actitudes típicas, masculinas o femeninas puedan ser aceptados y asumidos por personas de cualquier sexo.
Los medios de comunicación, la familia y la escuela son uno de los principales medios de socialización de niños y niñas. Por eso es muy importante coeducar en estos ámbitos para prevenir conductas sexistas.

El aprendizaje a través de la imitación e identificación de modelos es uno de los más influyentes en el desarrollo de los niños. Por eso es necesario reflexionar sobre los modelos de comportamiento y actitudes que estamos trasmitiendo. Es necesario que eduquemos en igualdad.
Una estrategia esencial empezaría por eliminar aquellos estereotipos o acciones que incitan a una desigualdad entre hombres y mujeres, y actúan como modelo para los hijos haciendo que se repitan estos patrones en la edad adulta.
También es importante destacar que las expectativas formativas y profesionales que los padres tienen sobre los hijos son diferentes según sea niño o niña, todavía resulta raro en muchas familias que una hija sea militar o que quiera ser conductora de autobuses.
En casa también se espera que los niños tengan más fuerza y sean más agresivos o tengan más facilidades para ensuciarse sin ser castigados.
Otro aspecto a destacar es la publicidad, aunque actualmente las distinciones entre hombres y mujeres son menores, éstas se pueden ver fácilmente en los anuncios de televisión y mucho más ahora con la llegada de la Navidad.
Ahora podemos ver anuncios de juguetes en los que aparece un niño, cuando el juguete se trata de un coche o algún guerrero de alguna película de actualidad y una niña cuando el juguete se trata de las típicas cocinitas, o los bebés llorones. No obstante esto está cambiando, y ahora es fácil ver anuncios en los que cocinan el hombre y la mujer pero el trato es igualmente diferenciado, ¿por qué el hombre suele salir con un gorro de chef como un profesional y la mujer no?
¿Porqué sale el hombre siempre anunciando productos de comida que se cocinan fácilmente: ¡cinco minutos en el microondas y listo!!
Estos anuncios intentan trasmitir que los hombres se han adentrado y participan en las tareas domésticas pero no deja de ser otra forma de discriminación, más arropada y menos agresiva.
Un último punto no menos importante es la coeducación en la escuela. Es importante promover un lenguaje no sexista por parte de los profesores e igualmente es importante elegir qué publicaciones y libros contribuyen o no a la igualdad. Hay infinidad de cuentos en los que se reflejan estereotipos sexistas, y son leídos por los niños más pequeños en la escuela, como por ejemplo Blancanieves y los Siete Enanitos. ¿Por qué Blancanieves se encarga de hacer todas las tareas de la casa mientras los enanitos están trabajando? ¿Porqué en infinidad de cuentos el personaje malo es una bruja? ¿Por qué el héroe fuerte e inteligente es un hombre?
La escuela debe programar actividades que faciliten el aprendizaje de habilidades sociales por parte de los alumnos, para que aprendan a ayudar, a cooperar, a saber cuáles son los valores de respeto hacia el otro, a tener tolerancia a las desigualdades, a favorecer el trabajo en equipo y el reparto de tareas entre otros.

Anuska Linares

miércoles, 7 de octubre de 2009

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS III



"Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles


LAS SOLUCIONES


De pronto, seis de las niñas más populares de la escuela se sentaron frente a ella en el comedor. algo muy extraño, ya que nunca antes le habían dirigido la palabra. Conversaron de todo lo que suelen hablar las chicas de 11 años, mientras Jessica sólo se limitaba a escuchar. De repente, una de las niñas se volvió hacia ella y le dijo: "ayer estábamos tratando de decidir cuál de todas las niñas del curso es la más fea. ¿Quién crees que puede ser?". Jessica recorrió la sala lentamente, pensando que su respuesta debería ser muy buena. Sus ojos se fijaron en Rosa, de nariz larga y puntiaguda, rostro delgado y dentadura sobresaliente. - "Creo que es Rosa", respondió con vehemencia. - "No, no es lo que decidimos. Decidimos que eres tú la más fea", contestó la niña como si estuviera haciendo un comentario sobre el clima. Jessica sintió un nudo en el estómago, palideció, y se dio cuenta que la ira había reemplazado su sensación de náuseas. Pero se sobrepuso, levantó la vista de su bandeja de almuerzo y mirando directamente a las niñas, dijo: "Supongo que todo el mundo comete errores". Después tomó su bandeja y se alejó. ~
Inteligencia emocional en los niños. Una guía para padres y maestros. Lawrence Shapiro


Es necesaria una labor de prevención e intervención para evitar y minimizar las consecuencias descritas, a través de los procesos educativos. Estas actuaciones se relacionan directamente con lo que se denomina “Inteligencia Emocional”.


En los últimos años se está considerando 'este tipo de inteligencia' como más importante que la intelectual para que una persona logre la felicidad y el éxito en la vida. Desde que Daniel Goleman lanzó su best-seller en 1995, el término está siendo desarrollado y aplicado en múltiples facetas de la vida, y la educación es uno de ellos. Jessica (la niña del ejemplo) nos demuestra que posee un buen nivel de destrezas de inteligencia emocional, de lo contrario, el episodio, lejos de haber sido una anécdota, hubiera causado a la niña un alto coste emocional.


¿Qué es la inteligencia emocional? En el año 1990, los psicólogos estadounidenses Peter Salovey (Harvard) y John Mayer (New Hampshire), definieron por primera vez las capacidades emocionales más importantes: comprensión y expresión de los sentimientos, empatía, sinceridad, capacidad de adaptación, resolución de los problemas de forma eficaz, persistencia, amabilidad, respeto y sentido del humor.


Para que se de esta serie de habilidades es necesario desarrollarlas y educarlas. Y la tendencia actual es que estas destrezas son mucho más importantes que poseer una alta capacidad intelectual. Un entrenamiento en las habilidades de inteligencia emocional desde los primeros años de la vida, garantiza una especie de vacuna que protegerá a los niños de cualquier virus emocional con que se encuentren en la vida.


En las últimas décadas el avance en las sociedades occidentales de los sistemas sociales, de salud y escolares ha producido un incremento en las capacidades intelectuales, sin embargo a la vez se ha reducido la competencia emocional de esos mismos sujetos, utilizando como indicadores el aumento de la depresión y los suicidios, el consumo de drogas, la comisión de delitos, el abandono de la escuela, etc.


¿Cómo podemos estimular el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños? Veamos algunas ideas que nos pueden ayudar a cumplir esta tarea.



  • Es necesario enseñar disciplina. Es No es preciso ser rígidos, ni autoritarios, sino firmes. Deben existir reglas y límites claros, que tienen que ser respetados. Es conveniente que los niños se involucren a la hora de establecer estas reglas, ya que así estarán más dispuestos e implicados a cumplirlas.


  • Dé instrucciones claras y sencillas con voz amable y firme. Esto facilitará que los niños sepan con exactitud lo que tienen que hacer y aumentará la probabilidad de que realicen el comportamiento que esperamos.


  • Crear un ambiente positivo: esto incluye lograr una participación activa en la vida emocional de los menores, lo que refuerza la confianza entre padres e hijos. Para ello, se debe dedicar un tiempo especial con ellos, escucharles, felicitar sus esfuerzos y compartir alguna actividad gratificante. En este sentido, hay que señalar que las actividades pasivas, como ver la televisión, ayudan muy poco al desarrollo de capacidades emocionales.


  • A la hora de seleccionar las actividades extraescolares, deberemos optar por las que ayuden a desarrollar capacidades y habilidades personales como el trabajo en equipo, resolución de problemas, creatividad, esfuerzo, confianza en sí mismo, entre otras.


  • Es importante reunirse con el maestro del niño y formar un equipo coordinado con él. Si el niño observa que prestamos atención a 'lo escolar', él también se interesará por ello. Es necesario acordar pautas comunes para que el niño sepa a qué atenerse.


  • Enseñe lo que debe hacerse, no lo que no debe hacerse (por ejemplo: "coloca el abrigo en la percha", en vez de "no dejes el abrigo tirado en el suelo"). Además, puede demostrarle cómo se realiza ese comportamiento paso a paso, dividiéndolo en otros más fáciles de realizar. El entrenamiento a través de modelos adecuados (predicar con el ejemplo) es uno de los más efectivos.


  • El niño debe aprender que su comportamiento conlleva unas consecuencias (ya sean positivas o negativas) y debe ir modificando aquel a través de éstas. Éstas consecuencias deben tener relación con el comportamiento y ser proporcionadas. Es poco eficaz intentar modificar conductas no adecuadas únicamente a través de reprimendas o sermones; incluso esto puede aumentar la probabilidad de su aparición, ya que la atención que se presta de esta manera es un poderoso reforzador.


  • Con cada "no", ofrezca varias alternativas. Esto tiene un doble objetivo: poner límites, al mismo tiempo que le ayuda a desarrollar su habilidad para tomar decisiones.


  • Una habilidad emocional imprescindible es la de reconocer e identificar las propias emociones, al igual que expresarlas, para después aprender a manejarlas. Puede ayudar al niño a verbalizar cómo se siente cuando está enfadado, triste, alegre... Y sobre todo, hacerlo Ud. En la medida en que los chicos ven que sus padres o educadores son capaces de expresar cómo se sienten, ellos también podrán hacerlo.


  • El siguiente paso es manejar de forma adecuada las emociones y actuar y responder de manera proporcionada a las circunstancias. Ésta es la clave para el autocontrol emocional, para que los niños no estén a merced de ellas y se dejen llevar por su impulsividad. Además, esta destreza facilita la automotivación y el autorrefuerzo, tan necesarios para conseguir los propios objetivos.


  • También es esencial facilitarles el enfrentamiento a los problemas y su resolución eficaz, lo que reforzará la seguridad y confianza en sí mismos. También se aprende a través de la experiencia, por lo que nuestra tarea es guiar al niño para que encuentre soluciones y no intervenir directamente para resolverlo. En relación a esto hay que insistir en la importancia de la persistencia y el esfuerzo frente a las dificultades.


Los expertos en psicología infantil han observado grandes ventajas cuando los niños son educados en 'valores y emociones': en el plano fisiológico, los pequeños poseen niveles bajos de estrés y se muestran más relajados; socialmente, son niños más adaptados y aceptados en el colegio y tienen pocos problemas de conducta; en el aspecto cognitivo, son capaces de prestar más atención, y por lo tanto son alumnos con éxito en las tareas escolares. Todos éstos parecen poderosos argumentos para enseñar y entrenar a los niños en habilidades emocionales y sociales, que ayuden a prepararles tanto para el aprendizaje como para la vida.

"El mundo que dejemos a nuestros hijos
dependerá de los hijos que
dejemos a nuestro mundo".

Federico Mayor Zaragoza

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS II




"Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles

LAS CONSECUENCIAS


El hecho de que lo consigan todo de forma fácil y rápida, no permite el desarrollo de recursos para resolver y afrontar de forma eficaz los conflictos con los demás, pasando de un estilo de comportamiento inhibido (no siendo capaz de comunicarse de forma adecuada) a un estilo más agresivo (imponiendo su voluntad, sin saber respetar los derechos del otro).


Otro aspecto es la poca demora del refuerzo y baja tolerancia a la frustración que los niños pueden poseer, esto es, no aprenden a esperar lo que quieren y se sienten fácilmente frustrados por ello. En muchas ocasiones, esto puede generar situaciones de descontrol emocional y depresión.


Así, y con mayor frecuencia, vemos a adolescentes y jóvenes que han impuesto sus reglas en la familia, o mejor dicho, se les ha permitido imponer su "tiranía", y los padres y educadores se ven impotentes para manejar la situación, porque se les ha ido de las manos el control sobre el comportamiento de su hijo o hija.


Unido a todo lo anterior algunos especialistas señalan la proliferación de trastornos depresivos, problemas escolares y consumo de drogas entre la población infantil y adolescente con un inicio cada vez más temprano.

lunes, 5 de octubre de 2009

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS I




Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles

CRECER ENTRE ALGODONES: ¿EDUCACIÓN DE CALIDAD?

La educación que están recibiendo los niños en la actualidad está siendo puesta en tela de juicio por muchos agentes educativos, que exigen el establecimiento de más normas y educación en valores, sobre todo por parte de las familias.


Y es que la familia ha vivido y está viviendo una transformación importante en nuestra sociedad que afecta de forma directa a la forma de educar a los hijos. Ya no es sólo la institución tradicional de madre, padre e hijos; la proporción de familias monoparentales (en la que sólo existe la figura materna o la paterna) se ha incrementado, al igual que la educación de los abuelos hacia sus nietos, en detrimento de la de los padres, y además añadiría las ‘nuevas familias’ de parejas homosexuales. Las parejas tienen menos hijos y menos tiempo para ellos, probablemente una de las causas con más peso haya sido la incorporación al trabajo de la mujer y la presión laboral y estrés de los padres.






En general, los niños de esta generación se encuentran inmersos en una "burbuja" muy acogedora y cómoda. Reciben todo lo que quieren, aún sin pedirlo, y están sobreprotegidos con el fin de evitarles cualquier contratiempo, por mínimo que sea. Los jóvenes carecen de hábitos de comportamiento y están acostumbrados a conseguirlo todo de una forma muy fácil y sin que sea contingente a su esfuerzo. La mayoría de ellos poseen ordenador, televisión en su habitación, videoconsola, conexión a internet, teléfono móvil y dinero suficiente para salir los fines de semana. Todo ello sin haber movido un dedo, con un mínimo nivel de exigencia.





Además, los niños no internalizan unas normas y valores que les dicten hasta dónde pueden o no pueden llegar con sus comportamientos y las consecuencias que traen consigo éstos. No tienen oportunidad para educar su control emocional. Quizás éstas sean algunas de las razones del incremento en la violencia infantil y juvenil.

lunes, 21 de septiembre de 2009

HEMOS CONSEGUIDO QUE NUESTRO NIÑO ESTÉ BIEN ALIMENTADO (como él quiere, claro)


Para mi hijo quiero lo mejor independientemente del esfuerzo que eso suponga.
¿Qué un día se niega a comer después de haber estado toda la mañana metida en la cocina? No me voy a empeñar en que haga cosas que no son de su agrado poniendo en juego su cariño y felicidad ¡faltaría más!

Con lo fácil que es retirar el plato y preparar en un segundo cualquier tontería de esas que tanto le gustan antes de que empiece a sollozar y patalear en la mesa.
Además ¿por qué no acostumbrarnos a preguntarle con antelación qué menú le apetece para ese día?.

De esta manera tan sencilla he conseguido saber perfectamente qué comidas son sus favoritas. Es más, gracias a este conocimiento mi hijo sólo come aquello que le gusta.
Por fin tengo un hijo que sabe lo que quiere y que rechaza el resto con determinación; que valora mis comidas hasta el punto de repudiar el menú escolar o cualquier otro plato que no haya pasado por mis manos. Un hijo, en fin, para toda la vida…¡ y tan agradecido!, porque hay que ver con qué carita me mira mientras da buena cuenta a la fuente de patatas o a las hamburguesas ( llena de churretones, sí, pero verdaderamente angelical).
Es una pena que en el colegio insistan en echar por tierra esta dura labor.

Tenía que poner remedio a esta situación que empezaba a producir efectos devastadores en mi pequeño, ¡un poco más y termina comiendo cualquier cosa la criatura!. Así que ni corta ni perezosa decidí enviar una nota al director del centro en la que aparecían convenientemente señaladas aquellas comidas que mi hijo rechaza, pidiéndole amablemente que no insistieran, bajo mi responsabilidad, en hacérselas comer, puesto que este hecho producía efectos indeseables en él.

Así de fácil ha sido superar el trauma que el pobre tenía con el comedor escolar, y al mismo tiempo he logrado que coma sólo lo que quiera, como quiera y donde quiera, porque para eso tiene su propia personalidad y tiene que aprender a desarrollarla.
Se acabó el estilo de educación impersonal y generalizado del colegio. Mi hijo, cada día, tiene más carácter y es capaz de tomar sus propias decisiones sin importarle lo que digan los profesores y cuidadores del comedor, ¡qué sabrán ellos de sus gustos!.
Ojalá comprendiéramos de una vez por todas que los niños son como los clientes: siempre tienen razón y es importante tenerles satisfechos.

¿Cómo vamos a imponerles, tal como desean muchos padres, que coman verdura y pescado (si es posible sin protestar, por supuesto), si a lo mejor lo que de verdad les apetece son macarrones y salchichas?. Y ya puestos a pedir, ¿qué tal si les imponemos también un horario?. Algo así como programarles para que coman siempre a la misma hora. ¡Qué barbaridad!, en vez de hijos parece que tenemos soldaditos en casa.
Mira que nos empeñamos en machacarles la personalidad por culpa de algún complejo raro que tuvimos en la infancia y, claro, luego vienen los disgustos y lamentaciones: “que si es un desagradecido y no se da cuenta que todo lo hago por su bien”,”que si no come nada sólo por llevarme la contraria y fastidiar”, etc. etc.

Cómo hemos olvidado que a estas edades es fundamental colmarles de atenciones y caprichos y someternos sin miedo a su voluntad con el fin de que crezcan sin traumas, sintiéndose queridos y con la absoluta convicción de que en casa o en cualquier otro sitio, ellos son lo primero y sus órdenes son deseos para nosotros.
La única manera de conseguir esto es poniéndonos a su servicio, que para eso los hemos tenido ¿o no?.

Sólo así haremos posible que, por ejemplo, cuando vaya a comer a casa de algún familiar o amigo tenga la seguridad suficiente, primero, para decir sin ruborizarse que esa comida es una porquería que no piensa comer de ninguna forma y, segundo, de actuar coherentemente; es decir, de no probar ni un bocado se pongan como se pongan los demás. ¿No es maravilloso tener un hijo con las ideas tan claras y con tanto derroche de personalidad con tan sólo siete años?.

Estoy segura de que este chico llegará muy lejos, y no lo digo por presumir, pero no me extraña porque para eso lo hemos educado a conciencia. Es sencillo, el truco está en tener un poco de vista para saber aprovechar las ocasiones. Sin ir más lejos, el otro día deduje que le encantaban las croquetas cuando le vi devorarlas con los carrillos completamente hinchados, las manos pringosillas y una cara de satisfacción que…¡vamos! daba gusto verle comer así.
Entonces se me ocurrió una estrategia genial que consistía básicamente en alimentarle a base de croquetas, ¿por qué no?. Es la solución perfecta porque de este modo come disfrutando, rápido, bien y sin necesidad de estar encima suyo constantemente. Bueno, hay que vigilarle un poco para que nos deje alguna a los demás, pero por lo demás sigue siendo genial.

Lo de menos es que ahora no pueda ver croquetas ni en pintura, porque siempre surge algo nuevo de lo que se encapricha y entonces basta con volver a repetir todo el proceso desde el principio y ya está, todos tan contentos.
Si es que me encanta verle feliz, tal vez por eso soy incapaz de negarle algún que otro bollo o chuchería que se le antoja, ¡disfruta tanto con este tipo de cosas que además sirven para quitarle el hambre!. Hombre, luego le perdono la mitad de la comida no vaya a ser que se empache mi chiquitín.

Pero sin lugar a dudas, lo mejor de todo es que le hemos enseñado a jugar mientras come, ¡es divertidísimo!. Le perseguimos corriendo por toda la casa, cuchara en mano, como si fuéramos policías y ladrones y cuando por fin le alcanzamos, ¡zas! se lo tiene que tragar. Y así una y otra vez hasta que termina con todo ¡le da una pena!.
Otras veces, especialmente si estamos en baja forma, nos limitamos a decirle alguna tontería o a hacer muecas raras para que se distraiga. Ponerle su programa de televisión favorito también suele funcionar.

Normalmente está tan entretenido que yo creo que ni siquiera es consciente de lo que hace, así que tenemos que llevarle nosotros la comida a la boca, ya tendrá tiempo para aprender a usar los cubiertos cuando sea más grande.
De momento creo que podemos sentirnos orgullosos de lo que hemos logrado con nuestro hijo hasta ahora…¡y ha sido sencillísimo!. Me pregunto qué problemas tendrán los demás para enseñarles a comer.


HEMOS LOGRADO NO SEPARARNOS DE NUESTRO HIJO NI PARA DORMIR


¡Qué noche tan divertida la de hoy! Nos hemos pasado la noche jugando en la cama los tres, mi esposo, mi chiquitín y yo. Alberto es el menor de mis dos hijos, sólo tiene trece años, aunque su hermana Noelia tampoco es muy mayor, sólo tiene diecinueve.

Alberto había estado jugando a su juego favorito de la videoconsola toda la tarde, pero como no había conseguido pasar a la siguiente pantalla, tuvo que ponerse a jugar de nuevo después de cenar. No podía dejar el juego hasta que no llegara a la octava pantalla, donde salían los monstruos que le atacaban con cuchillos, ya que en el colegio hay varios niños que ya han pasado dicha pantalla y todos los días se lo repiten, recordándole que él no ha sido capaz todavía. Nosotros no queremos que nuestro hijo se sienta inferior por no conseguir las mismas cosas que los demás, así es que estuvimos con él hasta pasada la medianoche animándole y acompañándole para que no se sintiera sólo mientras conseguía llegar a la octava pantalla. Estábamos ya un poco cansados después de haber estado todo el día fuera de casa trabajando, pero aún así esperamos hasta que terminó para irnos los tres juntos a la cama, ya que Alberto, desde que tiene uso de razón, duerme con nosotros.

Alberto es un niño feliz, alegre, aunque algo miedoso, por eso duerme con nosotros. Siempre dice que tiene miedo, pero la verdad es que nunca nos ha dicho qué es lo que le asusta. A su padre y a mi no nos importa que duerma con nosotros, incluso hasta nos da pena que duerma sólo en su habitación después de haber pasado tantas horas sin vernos durante todo el día, de esta manera se siente más acompañado y sin sensación de abandono.

La experiencia con nuestra otra hija nos lleva a pensar que esta situación no durará toda la vida, pero al menos disfrutaremos mientras dure. Con Noelia sucedió lo mismo, durmió siempre con nosotros hasta que un día empezó a decir que quería dormir en su cama. Mi esposo y yo no lo entendimos y aún más nos disgustamos bastante pensando si habríamos hecho algo mal, pero bueno, tampoco la podíamos obligar a dormir con nosotros. Así es que esperamos que el niño tarde más tiempo en tomar esa decisión.

Las noches con Alberto han llegado a ser muy divertidas, ya que cuando no tiene sueño comienza a hacernos cosquillas a mi esposo y a mi, acabando los tres muertos de risa, aunque después por la mañana tenemos un poco de sueño, sobre todo al niño no hay quien le levante, pero bueno, le llevamos el desayuno y la ropa a la cama, y así ahorra tiempo. Además de pasárnoslo bien, logramos aquello que los psicólogos dicen que es bueno, pasar el mayor tiempo posible con nuestro hijo y disfrutar con él, “¡más tiempo que toda la noche, imposible!”

Con Noelia también disfrutamos, pero desde luego no es lo mismo ya que ella tiene otra edad, tiene amigos, sale con ellos los fines de semana y se aleja un poco de las actividades de ocio que compartimos con Alberto.

Durante todos estos años, hemos conseguido que las salidas de Alberto sean muy limitadas, ya que no va a casa de ningún amiguito ni familiares nuestros si sabe que le van a ofrecer quedarse allí a dormir. De tal manera que sólo sale de vacaciones con nosotros, renunciando incluso a los campamentos que organiza su colegio todos los años.

Mi amiga Ana, dice que con la edad que tiene Alberto ya debería dormir solo, pero es que le vemos tan frágil e inocente que no podríamos soportar verle sufrir por ese miedo tan intenso que manifiesta en ciertas ocasiones, cuando mi hermana le insinúa que duerma sólo en su cama, que es mayor para dormir con nosotros. En esas ocasiones, él se enfada mucho e incluso comienza a llorar diciendo que no quiere, que tiene mucho miedo y que tiene que dormir con nosotros.

Salvo en esas ocasiones, no hemos intentado que se enfrentara a ese miedo, ¡pobrecito! pero además no queremos ni pensar en ello, en el disgusto tan grande que se llevaría tanto él como nosotros. Preferimos dormir con él y verle siempre feliz y contento, evitándole siempre que podamos que tenga que enfrentarse a situaciones que le resulten desagradables y difíciles de superar. Dormir con él no nos supone ningún sacrificio y además nos gusta porque disfrutamos más de su compañía.

lunes, 14 de septiembre de 2009

HE CONSEGUIDO QUE MIS HIJOS ME FALTEN AL RESPETO (con mucho esfuerzo)



Un buen amigo de la familia, me pidió hace poco si no me importaba contar de forma breve, algunas anécdotas más relevantes sobre la vida y andanzas de mis hijos y de nuestra forma de educarles. La verdad, es que no se porque a mí, pero seguro que no les sorprenderá a ustedes cuando lean lo que tengo que contar.

En fin, siempre he criticado a esas madres que van por ahí diciendo lo estupendos que son sus hijos, (supongo que será además porque no han visto a los míos), pero claro si me lo piden entonces ya no paro.

Mi marido y yo nos catalogamos a nosotros mismos como unos padres modernos, actuales, de hoy en día vamos, y pensamos que los niños deben ser libres, felices y algo muy importante “Hacer lo que les dé la gana” ya que nosotros con su edad no pudimos hacerlo. Y así bajo estas tres reglas (que se saben de memoria) es como educamos a nuestros pequeñines, o más bien educo, porque Pablo, mi marido, no está nunca en casa, y cuando está siempre los está regañando, menos mal que allí estoy yo que siempre salgo a favor de ellos ¿qué sería de mis niños, sin alguien que llevase la contraria a mi marido?

Tenemos tres hijos, Pablo de 5 años, Sergio de 14 y una niña, que empieza a colmar todas mis expectativas de mujer liberal, de 17 años.

¿Qué como hago yo de ellos unos chicos estupendos? Pues eso se va logrando con el día a día, en pequeñas cosas, como por ejemplo: estaba viendo yo el telediario de las 21:00 h., que es el único rato que tengo para descansar después de estar todo el día
trabajando, cuando llegó mi hijo Sergio, él es un chico estupendo, bueno no es muy estudioso, pero ya se sabe a los chicos de esa edad lo que les gusta es salir, ver la T.V., jugar al fútbol... aunque sí reconozco que debería pasar más horas delante del libro, aún
no se como motivarle para que lo haga, lo he intentado todo, comenzamos con “si apruebas te compraré la bici”, luego fue el ordenador, luego la videoconsola, y lo último ha sido la moto, al final nunca aprueba y siempre le terminamos comprando todo, porque bueno todos sus amigos tienen y no va a ser él menos ¿no creen?. En fin, a lo que iba, cogió el mando de la T.V. y me cambió el canal, me fastidió un poco, la verdad, el caso es que le pedí por favor que me dejase sólo ver terminar una noticia que estaban comentando, acerca de un nuevo tratamiento para los huesos que ha salido, y que, por cierto, me interesa porque padezco reumatismo, Sergio me miró y me invitó a irme al televisor que hay en la cocina, ¿qué creen que hice yo?... ¡Irme! Aunque eso sí, le dije que sería la última vez que lo haría; al fin y al cabo él no sabe que padezco de huesos ya que sufro en silencio para no preocupar a nadie y menos a mis pequeñines.

De todas formas, siempre es mejor ver “cosas de casa” que informarse sobre lo que pasa en el mundo, en esto mi marido y yo estamos totalmente de acuerdo, siempre que podamos les ahorraremos disgustos, ¿para qué tienen que ver que hay niños muriéndose de hambre, mientras ellos se quejan porque el bocadillo de lomo ibérico de hoy, parece que está un poco salado?, señores dejemos disfrutar a nuestros niños.

Esto le tuve que contestar el otro día a una vecina que regañó a mi hijo Pablo solo única y exclusivamente por pisar el césped del jardín, arrancando un poco de hierba ¿qué se habrá creído la bruja esa (con perdón)? Ahora se va lista, ya he aleccionado a Pablo para que la próxima vez que alguien le regañe le conteste exactamente esta frase: “Eso lo pagan mis padres y tengo derecho a hacer con ello lo que me dé la real gana, y si tiene algún problema, señora suba y hable con mis padres”. O también valdría algo así como “Si no sabe convivir con personas, váyase al monte”.

¿Veis? En eso Sergio siempre ha sido más avispado, enseguida contesta, ya sea mayor o un niño pequeño. ¡Cómo nos indignamos el otro día, cuando nos contaba que el guardia jurado de nuestra urbanización, le había dicho a él ya su pandilla que no se debía jugar a guerra de escupitinazos en el borde de la piscina, entonces él y su panda después de contestarle varias cosas muy bien dichas, subieron a contárnoslo, mi marido pretendía bajar a disculparse por la conducta de Pablo, pero por supuesto, le convencimos de que él no llevaba la razón y terminó por bajar, sí, pero a ponerles las cosas bien claritas a este señor. ¿Quién se creerá que es un guardia para ni siquiera dirigir la palabra a mis hijos?

Bueno, bueno, cuando les hable de mi hija Mayte, es única, yo siempre digo que va para cantante, ¿por qué? Porque cuando discutimos ha conseguido levantar la voz más que nosotros, pero esto lo digo en plan de broma, a ella le intento explicar las cosas sin castigos, no como propone su padre; por poner un ejemplo, el otro día llegó a las 6 de la madrugada cuando debía llegar a las 3 h., su padre la castigó sin salir ¡todo el fin de semana siguiente! Y es que mi marido cuando se enfada, se pasa, pero ahí estoy yo para salvar a Mayte de su castigo, le mando a que le haga algunas carantoñas y al final le levanta el castigo.

Mayte ha sido desde pequeña bastante caprichosa, con eso de que era la primera se le ha dado todo lo que ha pedido y más, y si alguna vez le decíamos que no, berreaba y berreaba hasta conseguirlo.

A veces tengo que sentarme a hablar con Pablo y recordarle para qué están los padres, debemos sacrificarnos, no es bueno poner tantas normas a los niños, ya tienen bastante con las que le impondrá esta sociedad, por eso mientras vivan conmigo yo seré la que les pague todo y la que nunca les lleve la contraria, por ejemplo, el pequeño ha cogido ahora la manía de decir idiota a su padre cuando le pida que haga algo, y como yo le digo a mi marido, eso son cosas de críos, lo aprenden en el colegio, ya se le pasará y si no pues ¿qué más da? Como si te quiere llamar otras cosas, un hijo está para eso y si no, no deberíamos haberlos tenido.

miércoles, 26 de agosto de 2009

¡SÁLVESE EL QUE PUEDA!


“La prisa y la rutina, las urgencias y la presión deben indicarte que lo importante es mantener la calma, para estar consciente al resolver problemas y tomar decisiones”. (Konosuke Matsushita)

“Esto es para ayer”, “Cómo no lo entreguemos a tiempo te vas a la calle”, “Hoy creo que voy a matar a alguien”, “El negocio se va a ir a pique”... Estas frases nos suenan a todos, y si a ti lector no te suenan deberías dar gracias, tienes una enorme suerte.

Cuando nuestro jefe hace comentarios como estos nos sentimos angustiados y torpes, empezamos a cometer errores que terminan dándole la razón, y la probabilidad de que la profecía sobre que nos vayamos a pique se cumpla, aumenta. Estas son las más que dudosas “ganancias” que obtendremos, al someter a presión y a prisas a las personas que dirigimos, si nuestro objetivo es la quiebra.

Estaréis pensando: “Éste no ha trabajado en su vida, las prisas son inevitables”. Mi respuesta es: Cierto que existen determinadas tareas que no queda más remedio que hacerlas bajo presión, pero lo que propongo es que las abordemos de una forma en la que no aumentemos la presión, sino que la disminuyamos.

Uno de los caminos es una adecuada gestión del tiempo; el otro, sobre el cual trata éste artículo, es una dirección con “calma para estar consciente al resolver problemas y tomar decisiones”.

Nuestra obligación como directivos o jefes de equipo no es otra que suministrar lo necesario a las personas que realizan el trabajo técnico, facilitándole lo más posible el desempeño de éste (recomendamos sobre este punto la lectura del libro La Paradoja de James C. Hunter).

Entre estos elementos necesarios que debemos suministrar se encuentra un elemento menos tangible, pero igual de importante que las máquinas, instrumental y demás materiales. Este elemento no es otra cosa que la TRANQUILIDAD.

La imagen que da el líder del grupo es fundamental, sobre todo en los tiempos de “crisis”, ya que actúa como referente y termómetro de la situación en la que se encuentra el grupo y/o empresa, a la vez que como modelo de actuación.

Si el líder “pierde los papeles”, el resto del grupo sentirá el peligro como real, la ansiedad aumentará, y de todos es sabido, muchas veces por propia experiencia, que niveles altos de ansiedad provocan una mala ejecución. En cambio, si transmitimos serenidad, nuestro equipo percibirá que la situación es controlable y que con el esfuerzo de todos se solucionará el problema. De esta forma, la toma de decisiones por parte de cada uno de los miembros del grupo, en su propio nivel, será ajustada y efectiva. Sólo de esta forma, aunando buenas decisiones, se podrá hacer del trabajo urgente menos urgente, y de lo imposible algo posible.

El “contagio” de emociones, sobre todo en situaciones límite reales o en situaciones evaluadas como límites pese a no serlas, se hace visible de forma inmediata. La base de esto es el sesgo que hace nuestro cerebro, dando mayor importancia a los hechos negativos, ya que de este mecanismo, en ocasiones, depende nuestra supervivencia o por lo menos dependía en el tiempo en el que cazábamos bisontes, y no tanto mientras estamos sentados en la oficina.

Por este motivo los hechos negativos perduran más en la memoria y adquieren más importancia, llevándonos a obviar lo positivo que tenemos para abordar la situación. La evaluación de ésta será por tanto desajustada, y no ayudará a conseguir una buena solución.

Ejemplo de este “contagio emocional” es la facilidad con la que se expanden los rumores sobre despidos, cierres, etc. Tampoco os aconsejo gritar fuego en un centro comercial, a menos que queráis ver a una multitud presa del pánico; o decir en la cola del concierto del cantante de moda, ídolo de quinceañeras, que al final se ha suspendido (sin duda prefiero a la multitud del centro comercial).

Si no queréis que vuestro equipo de trabajo deje de ser un equipo para volverse una multitud, mi consejo es “Guarda la calma y busca la mejor solución”.

¿Y cómo se encuentra la tranquilidad? Existen diversas vías para ello, pero aquí vamos a dar unas pautas sencillas que pueden ayudarnos. Lo primero de todo, es necesario mirar el problema de frente, así podremos ‘gestionar’ la situación de una manera más eficaz. Después, nos deberemos hacer dos preguntas: ¿qué está sucediendo? (describiendo de forma objetiva lo que pasa) y ¿cómo me afecta? (evaluando las consecuencias). A partir de aquí, estaremos en mejor disposición para tomar una decisión adecuada y que nuestro equipo sepa actuar con más seguridad.

Me gustaría cerrar éste artículo con una cita atribuida a la escritora Marianne Williamson, y que espero haga reflexionar:

“No es atinado encogerse tanto que haga que los que están a tu alrededor se sientan inseguros”.

lunes, 13 de julio de 2009

MI PLANETA




Llevo ya tiempo viviendo en la Tierra y me ha parecido que ahora estoy en condiciones de poder escribir sobre mi planeta, no solo por la nostalgia, sino sobre todo por aquellas cosas, situaciones y relaciones que ahora vislumbro como muy importantes.

Para empezar, puedo decir que mi planeta no está organizado por países. Eso es algo que hace muchos años acordamos superar. Hacía que la gente, pensara de manera muy parcial, sesgada y sobre todo, muy, pero que muy limitada. Eso hacia que, no todos por supuesto, pero muchos, creyeran que lo suyo era lo mejor, lo único posible o acertado. Era increíble ver cómo algunos eran incapaces de entender que “vivir en la acera de enfrente” es tan solo eso, vivir en la acera de enfrente, como si en tu acera no pasaran esas cosas que criticas, censuras e incluso te molestan. Es sorprendente lo ciega que se pone la gente cuando divide a las personas en nosotros y ellos. Como mi plantea no tiene países, todos somos nosotros. Ciertamente no ha sido nada fácil. Pero ahora es mucho mejor.

Por supuesto que hay muchas lenguas y eso es muy enriquecedor. En mi planeta, cada uno intenta hablar en la lengua del otro, de manera que le podamos entender mejor y así además aprendemos a expresarnos de otra manera, por que queda claro que la nuestra ya nos es conocida. Lo verdaderamente enriquecedor de esto está en el esfuerzo que hacemos para entender y comprender a los otros. Todavía hay recuerdo de aquellos que se negaban a hacerlo. Utilizaban como pretexto, la defensa de “su cultura” y ha costado mucho que entienda que la mejor defensa de una cultura es que los otros la entiendan, la vivan y la disfruten. Cierto es que el sectarismo, es una involución, pero muchos no conocen otro camino de evolución y están llenos de temores y miedos. Por eso el método usado en mi planeta ha ayudado a muchos a evolucionar.

En este breve primer escrito, quiero finalmente destacar un etapa que es importante y que nos ha permito avanzar muchísimo, como sociedad y conjunto de personas. Y es que hace ya tiempo, y fue a raíz de eso, que empezamos a evolucionar, decidimos que no debería haber políticos. Que era un gasto totalmente superfluo e inútil. Cuando se empezó a desarrollar la propuesta surgieron muchas complicaciones, no por que la mayoría no estuviéramos de acuerdo y no lo viéramos con claridad. Fueron los propios políticos, con esa idea de que se creen imprescindibles, que crearon muchas trabas para sacar adelante la idea. La verdad es que es muy comprensible, ¿quien quiere dejar una actividad, lucrativa, no solo en dinero, sino sobre todo en “beneficios” asociados, coches, teléfonos, cenas, espectáculos, viajes, hoteles buenos, y más cosas (quiero dejar claro que en mi planeta los políticos, no sufrían ningún tipo de corrupción. Sino hubiera sido infinitamente más difícil y complicado). Ya volveré sobre este tema. Tan solo decir por ahora desde que hemos optado por los autogobiernos, aparte de ahorrar muchísimo tiempo y dinero, hemos ganado en eficacia, claridad y bienestar.

Ya seguiré escribiendo sobre mi plantea, hay tantas cosas que me gustaría contar………

viernes, 3 de julio de 2009

HISTORIA DE DAMIANA


Es muy importante saber y sobre todo observar cómo afecta lo que las personas hacen, sobre cómo se sienten, se ven o se valoran. Podría tener aquí valor esa sencilla reflexión de: “lo que haces define lo que eres”, todo el mundo sabe que….hechos son amores y no buenas razones…….

Las acciones son importantes,

Cuando la consciencia de las cosas no formaba parte importante de mi, pude vivir directamente una historia personal, no exactamente mía, es algo que con el paso del tiempo he terminado bautizando como Historia de Damiana.

Recuerdo que como parte normal del plan de trabajo y estudios dentro de la universidad, teníamos que trabajar en grupos, debíamos constantemente hacer los trabajos, las tareas y muchas otras cosas en grupos. Esos grupos eran además rotativos, una vez trabajabas con unos, y otras con otros, y era bueno, funcionaba, te ayuda a interaccionar con todos, pero sobre todo conseguías resultados. Otras veces la cosa no funcionaba, pero a pesar de eso había que conseguir resultados, entonces era difícil, pero lo conseguiamos, esas situaciones, menos mal, eran las menos. Regularmente, ya sea por nuestro entusiasmo y por nuestra inconsciencia conseguíamos acabar satisfactoriamente los trabajos. Eso era lo frecuente. Pero todo cambiaba si dentro del grupo te tocaba trabajar con Damiana.

Ella era capaz, todos aceptábamos sin reparo en reconocer sus capacidades intelectuales. Pero no había manera de hacer que fuera capaz de que se pusiera a trabajar sin más, que fuera capaz de construir. Si todo el mundo proponía algo, ella se oponía, pero sobre todo era una “queja permanente”. Para ella no había nada, o al menos nada que nosotros podríamos descubrir, que estuviera bien. Si llovía, qué porquería tener que salir y trabajar con esta lluvia, si no llovía porque no llovía, así no hay quien respire. Su actitud era capaz de deprimir a cualquiera. Por supuesto esa actitud estaba totalmente apoyada por su forma de vestir, obscura y desaliñada. No había nada en el mundo que fuera bueno, alegre o le diera algo de alegría y nosotros, los compañeros nos sentíamos incapaces de aportarle algo agradable o al menos divertido.

En ese contexto, era una verdadera carrera de obstáculos alcanzar algún resultado cuando Damiana estaba en tu grupo. Siempre había algún reparo o dificultad añadida. Si superabas la dificultad, ella se encargaba de poner otra, siempre había algo que superar, era fenomenal para poner obstáculos. Fueron tiempos de aprendizaje soberbios. Hasta que un día en medio de uno de los tantos muros que su actitud nos ponía delante, un compañero –coherente con su inconsciente juventud- y ya harto de cómo ella intoxicaba todo el ambiente, poniéndose en frente y en tono jocoso le dijo: “Mira Damiana, si la vida es un martirio el suicido es un deber”…., nos reímos y todos estuvimos de acuerdo con la frase, y ahí quedó la cosa ese día.

Pero…… otro día, justo cuando ella empezaba a demostrar sus enormes e inmensas capacidades tóxicas, alguien le recordó la famosa frase: ya sabes Damiana, si la vida es un martirio el suicidio es un deber.... De repente nos dimos cuenta que habíamos encontrado, sin proponérnoslo y menos buscarlo, la frase, el camino para poder neutralizar su estilo “tan positivo” de acercarse al mundo y a las cosas..

No fui verdaderamente consciente de lo que a continuación cuento, hasta algún tiempo después. Cada vez que Damiana, empezaba con sus actitudes y comportamientos tóxicos, alguien le recordada, la famosa frase: Ya sabes….si la vida…; muchas veces sólo el principio era suficiente para que el grupo, mentalmente completara la frase. Pero lo interesante es que el propio comportamiento de Damiana, se veía afectado.

Lenta y gradualmente empezó a ser menos negativa, empezó a guardar silencio, donde antes era una replica o queja, al principio solo había silencio. Más tarde, aportaba alguna idea y terminó por participar un poco más, cierto es que nunca, al nivel que lo hacían los demás, pero su nivel de toxicidad era bajo. Y es ahí, cuando hablando con alguno del grupo, empezamos a verla diferente, no irritaba, aportaba, se ofrecía a cerrar algún proceso, cosa que todos hacíamos alternativamente. Y lo más significativo, cambió hasta el color del tipo de ropa que usaba. Descubrimos, con grata sorpresa que Damiana, podía ser capaz de comunicarse abiertamente, ser agradable y sobre todo encontramos que podía comportarse como una compañera (es decir que nos acompaña).

Lo curioso, es que nuestra famosa frase, fue quedando en el olvido, por desuso. Creo que ya no hubiera “encajado” con el comportamiento de la nueva Damiana.

Terminamos el curso, la vida nos llevó a todos por su propio camino. Un día, hace algún tiempo alguien, en medio de una reunión de trabajo, el comportamiento de una persona me recordó esa antigua vivencia. De pronto recordé: “Si la vida es……

Ahora con el tiempo, no sé que habrá sido de ella, supongo que una vez que el entorno vuelva a reforzar esa especie de “martirio de vida” posiblemente vuelva a ser un persona insatisfecha e infeliz. Tengo claro, como sabemos los que nos dedicamos a esto, que la conducta está totalmente mediatizada por sus consecuencias.

Por eso, no solo para ti, sino para los que están alrededor tuyo deberíamos ser generosos y abiertos a reforzar aquellas conductas que ayudan a las personas a “mejorar”, ayudarles a desarrollar aquellos comportamientos que les pueden facilitar a “vivir” mejor. A la vez las interacciones con otros nos “orientan” hacia un tipo acciones.

Aprender a manejar las interacciones son un aspecto esencial en el desarrollo y mejora tanto personal como profesional de las personas. El equilibrio, el bienestar y por decirlo de manera general, la salud es un asunto que tiene mucho que ver con el medio, las cosas, las personas, el modo y la forma como establecemos relación con ellas.

Por eso, es muy importante, aprender a construir relaciones que puedan ser gratificantes, estimulantes y sobre todo que nos ayuden, que les ayuden a los otros y a avanzar en ese inmenso océano del desarrollo y crecimiento personal.


Enrique Cervantes V.
Madrid, a día de hoy.

miércoles, 24 de junio de 2009

NUESTROS MONOS


Pienso que en mi vida hay monos, muchos monos.
Son todos aquellos miedos, temores o inseguridades que de alguna manera están en mi vida, forman parte de ella. Ciertamente los años han ido reduciendo notablemente el número de monos, pero todavía quedan algunos.

Hay monos pequeños, que están siempre a mí alrededor, se mueven, lo desordenan todo y hacen mucho ruido. Esos monos pequeños van desapareciendo; de vez en cuando me enfrento a uno, lo atrapo y lo elimino. Como por arte de magia, si te enfrentas a un mono y le atrapas, éste inmediatamente deja de existir, …..desaparece.

Normalmente, empiezan siendo monos pequeños, inofensivos incluso hasta casi divertidos pero, de alguna manera, les voy alimentando, les permito crecer hasta que ya no son tan inofensivos. Pasan de ser divertidos a peligrosos y terroríficos.

A veces ese mono llega a ser lo suficientemente grande que me impone “respeto” y entonces no me atrevo a enfrentarme con él. Ese “monazo” condiciona mi vida, mis actividades, mis afectos, en fin casi todo y por lo tanto dejo de ser una persona libre, en el mejor sentido de la palabra.

También en algún rincón hay uno grande, un verdadero King Kong, está quieto, agazapado y no quiero ni mirarlo, no vaya a ser que reaccione. Ese es el supermiedo, está ahí, sé que existe, sé que está ahí y que quizás algún día, cuando pase el tiempo logre enfrentarme con él o simplemente al no alimentarlo deje de existir.

Lo malo es que, como mal inevitable, los incorporo a mi vida, A veces puedo llegar a la conclusión de que tienen que estar ahí y me convenzo de que es así, tiene que ser así.

Los monos, pueden ser simples; miedo a caerse, a perder, a que me engañen, me humillen o a cosas cotidianas, también los hay complejos; miedo a que mis hijos fracasen, y terminen metiéndose en dificultades, o a no ser capaz de conseguir metas que me propongo.

Lo peor es cuando alguien de mi entorno, mi jefe o alguien de mi familia, amenaza con despertar algunos de los monos “importantes” que me rodean. Entonces para evitar que ese mono empiece a moverse, soy capaz de hacer o darle a esa persona lo que sea con tal que no active mi mono. Y así esa persona, ya sea deliberadamente o no, tiene control sobre mis monos, y por lo tanto empieza a controlar mi vida, o varios aspectos de ella. Mal asunto.

También puede suceder que, alguien ponga en mi hombro algunos de sus monos, y entonces, y de pronto, sin proponérmelo, tengo uno más. El otro, cree que se libra de uno poniéndolo en mi vida (por supuesto algunas veces yo también hago eso). En realidad no es más que una ilusión, porque no me libero del mono, lo que hago es duplicarlo, ahora ya hay dos monos iguales, con diferente dueño.

La vida en sí “nos regala monos”, pero también nos va dando recursos para enfrentarnos y acabar con ellos. Para poder vencerlos el primer paso es reconocerlos, reconocer que existen y que están condicionando mi vida.

Ahora tan sólo quiero pedir que a esta metáfora nuestro lector le ponga ejemplos ilustrativos que le ayuden a conocer sus monos.





BITÁCORA DE CPC

Te presentamos nuestro Cuaderno de Bitácora, elaborado con nuestro trabajo a lo largo de más de 25 años. Tiempo que hemos dedicado a la especialización en COMPORTAMIENTO HUMANO, en sus vertientes de desarrollo humano, crecimiento personal y comportamiento organizacional.

Abrimos nuestra puerta al mundo con nuestras ideas, experiencia y conocimiento acumulados.

Si obtienes siempre los mismos resultados y no te gustan, ¿por qué sigues haciendo siempre lo mismo? Qué tal un cambio.
Disfruta de nuestro blog, reflexionaremos y aprenderemos qué otras cosas se pueden hacer.

Visita nuestra página web www.cpcgrupo.com o ponte en contacto con nosotros para cualquier comentario que nos quieras hacer en intervencion@cpcgrupo.com o consultores@cpcgrupo.com

EL SECRETO ESTÁ DENTRO DE TI

Si piensas que estás vencido, lo estás. Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que perderás, ya has perdido. Porque en el mundo encontrarás

Que el éxito comienza con la voluntad del hombre.
Todo está en el estado mental.

Piensa en grande y tus hechos crecerán. Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo está en tu estado mental.

La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero,
Porque tarde o temprano, el hombre que gana,
Es aquel que cree poder hacerlo.

RUDYARD KIPLING