QUERIDA ASERTIVIDAD
¡¡¡ OH Asertividad!!! Que tan necesaria eres, tan necesaria, que algunas personas la deberían incluir en sus propósitos para el nuevo año. Y como muchos otros propósitos que solemos tener, si no has estado nunca con nosotros, para conseguirte es necesario dedicación, esfuerzo y aprendizaje.
Eres necesaria en todos los aspectos de nuestra vida: en el trabajo, con nuestra familia, con nuestros amigos, con desconocidos… etc. En algunas personas tú estás presente con la familia, en otras personas solo con los amigos, y en otras ni siquiera apareces, te escondes tras una puerta o te encuentras a tres manzanas.
Pero... ¿Qué eres Asertividad?
Eres una conducta muy hábil que nos permite relacionarnos correctamente en sociedad. Nos permite sentirnos seguros de nosotros mismos y sentirnos seguros en nuestra relación con los demás.
Y gracias a ti:
· Podemos expresar nuestros sentimientos, nuestras ideas, opiniones y derechos respetando el derecho de los otros, sin ofender a los demás.
El otro día en la cola del cine, justo cuando ya me tocaba, alguien se puso delante de mí e intentó colarse, yo tenía tres opciones:
- ¡Pero que se ha creído usted! ¿ Acaso se cree que yo soy tonta!
- Me puedo quedar callada, y aunque me moleste mucho y tenga prisa, elijo renunciar a lo que siento y no actuar.
- Pero apareciste tú ¡¡ Asertividad!! Y me animaste a decir: Disculpe señorita, ahora es mi turno para pedir las entradas, la cola está al final del pasillo, tengo bastante prisa, si me permite…
· Gracias a ti, respondemos adecuadamente ante una situación o comentario inaceptable que nos puede hacer nuestro jefe, nuestro amigo que se ha levantado de mal humor o el encargado de una tienda que nos atiende mal en un agobiante día de compras.
Hace unos días llegué tarde a una cita que tenía con unos amigos, fue imposible llegar a tiempo, ya que tenía muchas cosas que hacer y además el atasco en hora punta en la ciudad dificultó aun más el que yo llegara a tiempo. Cuando llegué a la cafetería en la que habíamos quedado, uno de mis amigos, de muy malas maneras me regañó y me juzgó por haber llegado tarde. La verdad es que con el estrés que tenía yo ese día podía haber actuado de varias maneras:
- Podría actuar de la misma manera que él, haciéndole sentir mal y entrar en una discusión que no va a ningún lado, ya que mi objetivo en ese momento no es precisamente discutir.
- Podría haber optado por callarme o decirle simplemente que lo sentía, guardándome para mi el malestar que me había provocado su reacción. Esto haría que mi malestar se incrementara a lo largo de la tarde.
- Podría hacerle ver tranquilamente que su manera de decírmelo no es la correcta y después darle las explicaciones pertinentes si así lo quisiera:
Juan, entiendo que te moleste el que haya llegado tarde, pero tu actuación está haciendo sentirme mal a mí, y al resto de la mesa, podrías mejor preguntarme por qué he llegado tarde.
· Gracias a ti puedo cambiar de opinión, al igual que entiendo que los demás también lo pueden hacer, sin la necesidad de hacerles sentirse mal porque se hayan equivocado.
· Gracias a ti, tengo el derecho a no dar razones o excusas para justificar lo que hago y porqué lo hago.
· Gracias a ti, puedo pedir ayuda cuando la necesito, sin tener pudor ni vergüenza.
· Gracias a ti, puedo equivocarme sin sentirme mal.
· Gracias a ti puedo decir “No lo sé”, “No lo entiendo” ¿Por favor me lo puedes explicar?
· Gracias a ti puedo afrontar las críticas de los demás.
· Gracias a ti, puedo negarme a prestar ayuda a los demás. Por ti, puedo ser capaz de decir que no ante peticiones que no quiero o no puedo hacer.
Un día en el que muy contenta me dispongo a recoger mis cosas para salir del trabajo, justo después me iba a ir al teatro, ya tenía compradas las entradas y esperaba ansiosa ese día, pero de repente oigo la voz del jefe que me dice: ¡¡¡ hoy debes hacer una hora extra!!! ¡¡ Ni se te ocurra irte!!
Tenía tres opciones:
- Renunciar al teatro, el cual ya había pagado y al que tenía muchas ganas de ir, me puedo quedar callada y volver a mi puesto de trabajo. O puedo decirle al jefe, tenía cosas que hacer, pero no son importantes, me puedo quedar.
- Puedo cabrearme bastante y decir: ¡¡¡ No me da la gana, tengo cosas mejores que hacer, usted se cree que no tengo otra cosa mejor que hacer!!
- Pero te escojo a ti Asertividad: lo que le dije a mi jefe fue lo siguiente:
Hoy resulta imposible quedarme porque tengo algo importante que hacer. Aunque no me gusta mucho la idea de hacer horas extraordinarias, mañana me quedaré para adelantar el trabajo.
Hay momentos, en los que tal vez, no consiga mi objetivo, querida Asertividad, tampoco eres un milagro, pero por tenerte a ti, lo he intentado de la mejor manera, sin renunciar a lo que quiero, a lo que pienso y sin renunciar a mis derechos.
En definitiva por ti Asertividad: tengo seguridad y decisión, estoy satisfecha conmigo misma y con los demás, no tengo ansiedad ante determinadas relaciones y me respeto a mí misma.
Gracias por todo.
Un saludo.
Anuska Linares
¡¡¡ OH Asertividad!!! Que tan necesaria eres, tan necesaria, que algunas personas la deberían incluir en sus propósitos para el nuevo año. Y como muchos otros propósitos que solemos tener, si no has estado nunca con nosotros, para conseguirte es necesario dedicación, esfuerzo y aprendizaje.
Eres necesaria en todos los aspectos de nuestra vida: en el trabajo, con nuestra familia, con nuestros amigos, con desconocidos… etc. En algunas personas tú estás presente con la familia, en otras personas solo con los amigos, y en otras ni siquiera apareces, te escondes tras una puerta o te encuentras a tres manzanas.
Pero... ¿Qué eres Asertividad?
Eres una conducta muy hábil que nos permite relacionarnos correctamente en sociedad. Nos permite sentirnos seguros de nosotros mismos y sentirnos seguros en nuestra relación con los demás.
Y gracias a ti:
· Podemos expresar nuestros sentimientos, nuestras ideas, opiniones y derechos respetando el derecho de los otros, sin ofender a los demás.
El otro día en la cola del cine, justo cuando ya me tocaba, alguien se puso delante de mí e intentó colarse, yo tenía tres opciones:
- ¡Pero que se ha creído usted! ¿ Acaso se cree que yo soy tonta!
- Me puedo quedar callada, y aunque me moleste mucho y tenga prisa, elijo renunciar a lo que siento y no actuar.
- Pero apareciste tú ¡¡ Asertividad!! Y me animaste a decir: Disculpe señorita, ahora es mi turno para pedir las entradas, la cola está al final del pasillo, tengo bastante prisa, si me permite…
· Gracias a ti, respondemos adecuadamente ante una situación o comentario inaceptable que nos puede hacer nuestro jefe, nuestro amigo que se ha levantado de mal humor o el encargado de una tienda que nos atiende mal en un agobiante día de compras.
Hace unos días llegué tarde a una cita que tenía con unos amigos, fue imposible llegar a tiempo, ya que tenía muchas cosas que hacer y además el atasco en hora punta en la ciudad dificultó aun más el que yo llegara a tiempo. Cuando llegué a la cafetería en la que habíamos quedado, uno de mis amigos, de muy malas maneras me regañó y me juzgó por haber llegado tarde. La verdad es que con el estrés que tenía yo ese día podía haber actuado de varias maneras:
- Podría actuar de la misma manera que él, haciéndole sentir mal y entrar en una discusión que no va a ningún lado, ya que mi objetivo en ese momento no es precisamente discutir.
- Podría haber optado por callarme o decirle simplemente que lo sentía, guardándome para mi el malestar que me había provocado su reacción. Esto haría que mi malestar se incrementara a lo largo de la tarde.
- Podría hacerle ver tranquilamente que su manera de decírmelo no es la correcta y después darle las explicaciones pertinentes si así lo quisiera:
Juan, entiendo que te moleste el que haya llegado tarde, pero tu actuación está haciendo sentirme mal a mí, y al resto de la mesa, podrías mejor preguntarme por qué he llegado tarde.
· Gracias a ti puedo cambiar de opinión, al igual que entiendo que los demás también lo pueden hacer, sin la necesidad de hacerles sentirse mal porque se hayan equivocado.
· Gracias a ti, tengo el derecho a no dar razones o excusas para justificar lo que hago y porqué lo hago.
· Gracias a ti, puedo pedir ayuda cuando la necesito, sin tener pudor ni vergüenza.
· Gracias a ti, puedo equivocarme sin sentirme mal.
· Gracias a ti puedo decir “No lo sé”, “No lo entiendo” ¿Por favor me lo puedes explicar?
· Gracias a ti puedo afrontar las críticas de los demás.
· Gracias a ti, puedo negarme a prestar ayuda a los demás. Por ti, puedo ser capaz de decir que no ante peticiones que no quiero o no puedo hacer.
Un día en el que muy contenta me dispongo a recoger mis cosas para salir del trabajo, justo después me iba a ir al teatro, ya tenía compradas las entradas y esperaba ansiosa ese día, pero de repente oigo la voz del jefe que me dice: ¡¡¡ hoy debes hacer una hora extra!!! ¡¡ Ni se te ocurra irte!!
Tenía tres opciones:
- Renunciar al teatro, el cual ya había pagado y al que tenía muchas ganas de ir, me puedo quedar callada y volver a mi puesto de trabajo. O puedo decirle al jefe, tenía cosas que hacer, pero no son importantes, me puedo quedar.
- Puedo cabrearme bastante y decir: ¡¡¡ No me da la gana, tengo cosas mejores que hacer, usted se cree que no tengo otra cosa mejor que hacer!!
- Pero te escojo a ti Asertividad: lo que le dije a mi jefe fue lo siguiente:
Hoy resulta imposible quedarme porque tengo algo importante que hacer. Aunque no me gusta mucho la idea de hacer horas extraordinarias, mañana me quedaré para adelantar el trabajo.
Hay momentos, en los que tal vez, no consiga mi objetivo, querida Asertividad, tampoco eres un milagro, pero por tenerte a ti, lo he intentado de la mejor manera, sin renunciar a lo que quiero, a lo que pienso y sin renunciar a mis derechos.
En definitiva por ti Asertividad: tengo seguridad y decisión, estoy satisfecha conmigo misma y con los demás, no tengo ansiedad ante determinadas relaciones y me respeto a mí misma.
Gracias por todo.
Un saludo.
Anuska Linares
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si este enlace te gustó (o no), participa y déjanos conocer tu opinión.