Qué
tienen en común Ana Frank, Harry Potter, el Patito Feo, Blancanieves, Steve
Jobs, Nelson Mandela, Irene Villa, Roman Polanski, Primo Levi y Stephen
Hawking. Todos ellos han sufrido
amenazas o situaciones realmente duras y difíciles, y en lugar de hundirse y
mostrarse como víctimas de sus circunstancias, han salido adelante prosperando
en diversas áreas y utilizando estas desafortunadas experiencias para crecer y
fortalecerse ¿porqué algunas personas frente a situaciones adversas o amenazas
graves contra su salud y desarrollo logran salir adelante y llegan a
desarrollarse de forma adecuada, mientras que todo predice una evolución
negativa? Porque estas personas han desarrollado la capacidad de resiliencia;
este concepto surge del campo de la física y se refiere a las propiedades de
objetos elásticos, que absorben el impacto de una fuerza exterior, se adaptan y
cambian de forma sin romperse y cuando cesa la presión recuperan su forma original,
como por ejemplo un muelle. En psicología, por tanto sería la capacidad de
adaptación a las adversidades de la vida y, ya no sólo adaptarse, sino avanzar
y salir fortalecidos de dicho cambio. Capacidad que probablemente sea tan
antigua como la humanidad, y, seguramente fue la única manera que tuvieron
muchos pueblos y personas que fueron capaces de resistir frente a la
destrucción, y aún así construir algo positivo.
¿Cómo
podemos lograr ser más resistentes? Debemos fomentar ciertos pilares sobre los
que apoyarnos para ser más resilientes. Un elemento necesario es la conexión afectiva con los demás, aunque
sólo sea con una persona como sucede por ejemplo con Hawking y el apoyo de su
mujer cuando supo que padecía ELA; también será importante el autocontrol, ya que nos permite crear
estrategias a largo plazo, así como gobernar nuestras emociones, lo que permite priorizar y tomar decisiones, que será fundamental cuando nos enfrentamos a
un gran cambio. Otro elemento
fundamental de la resiliencia es localizar y mantener el centro de control dentro de uno mismo. Ante las amenazas, las personas que piensan
que el control está en sus manos responden mejor y se enfrentan de forma más
eficaz a la adversidad que quienes sienten que
no controlan. Es más, quienes
creen que la situación depende de fuerzas externas como la suerte o el destino,
por ejemplo, responden con pasividad y
resignación.
Para ser más resistentes,
será importante también desarrollar un concepto
propio descriptivo que quede intacto a pesar de posibles cambios en su
cargo, su papel en relación con los demás, su nivel de ingresos o su fuerza
física; tal y como le sucedió a Steve Jobs que, a pesar de que le echasen de la
empresa que él mismo contribuyó a crear, continuó creciendo ya que su
autoconcepto no residía en formar parte del equipo de Apple, iba más allá.
La perspectiva favorable de
las cosas no la podíamos olvidar pues supone un ingrediente esencial de la
resiliencia humana, esto nos protegerá de la indefensión; posiblemente esta
perspectiva contribuyó a que Irene Villa se “volviese a levantar”. Tener un
estilo atribucional positivo hará que seamos capaces de cambiar las cosas al
saber que depende de nosotros; si caemos en la indefensión nos guiaremos por el
pensamiento de que “no merece la pena hacer nada, porque haga lo que haga nada
cambiará”.
Otro pilar importante que nos
hace ser más resilientes será el ‘tener motivos para vivir’. Tener un
significado de nuestra existencia nos tranquiliza, fortalecemos la motivación
para soportar el dolor y luchar para vencer la adversidad. Todas las
personas y personajes citados al principio tenían un porqué vivir a pesar de
las adversidades y reveses sufridos, ya sea crear un móvil con un solo botón,
casarse y tener hijos, publicar una novela, conseguir una democracia
multirracial en Sudáfrica, estudiar los agujeros negros... Como dijo Nietzsche:
“quién tiene un porqué para vivir puede
soportar casi cualquier cómo vivir”.
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