El título en
plural es deliberado. Hace años, sólo se hablaba de La Inteligencia, pero desde
hace décadas, ya hablamos de “inteligencias”, y menos mal.
Los expertos
llevan más de cien años intentando definir la inteligencia, y parece que todavía
no hay dos que digan lo mismo en torno a este concepto.
Pero sí hay una
nueva concepción sobre el tema y se encuentran abiertas muchas líneas de
investigación interesantes. Ya no se piensa, por ejemplo, que cuanto mejor
memoria se posea, más éxito se tendrá en la vida, o que un determinado sector
de la población es más inteligente que otro. Además, sabemos que los tradicionales tests no son
concluyentes y que contamos con varios tipos de inteligencia.
Describiremos dos campos recientes como son la
inteligencia emocional y las inteligencias múltiples.
Durante la
Segunda Guerra Mundial, el psicólogo David Wechsler observó que varios soldados,
teniendo un cociente intelectual idéntico, demostraban distintos resultados en diferentes
pruebas. Por eso empezó a dar importancia a otros factores que influyen en el
rendimiento intelectual, como la motivación, las oportunidades educativas, la
personalidad y otros factores no intelectivos. Publicó el extendido WAIS (Escala Wechsler de inteligencia par adultos), y también una adaptación para
niños.
Pero, a medida
que los seres humanos crecemos, los diferentes ambientes favorecen el desarrollo
de habilidades distintas, es decir, las habilidades que se desarrollen en mi
varían según el contexto ambiental y sociocultural.
Por eso, algunos
autores han propuesto centrarnos en el estudio de las habilidades específicas
que utilizamos para mantenernos en nuestros respectivos ambientes. Uno de ellos
es Howard Gardner, investigador y profesor de la Universidad de Harvard y en
2011 acreedor del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
INTELIGENCIAS MÚLTIPLES
Según Gardner,
en realidad tenemos al menos ocho inteligencias diferentes.
La mayoría de las
personas tenemos la totalidad de ellas, pero cada una desarrollada a un nivel
particular, según la dotación biológica de cada uno, de su interacción con el
entorno y la cultura. Las combinamos y usamos en diferentes grados, de manera
personal y única.
Los tipos de
inteligencias que Gardner propone son los siguientes:
Inteligencia musical, inteligencia corporal-cinestésica, inteligencia
lingüística, inteligencia lógico-matemática, inteligencia espacial,
inteligencia interpersonal, inteligencia intrapersonal, inteligencia
naturalista.
De esta manera
es más difícil decir de nuestro hijo o alumno que no es inteligente, puesto que
podemos desarrollar líneas de acción pedagógica adaptadas a las características
de cada uno y su tipo de inteligencia.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
A partir de
mediados de los noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés
general por parte de la sociedad. La publicación Emotional
Intelligence de Daniel Goleman (1995) significa una difusión sin
precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido,
aunque ya había investigadores que llevaban tiempo hablando de ello.
Para Goleman,
la inteligencia emocional consiste en:
1) Conocer las propias emociones, 2) Manejar las emociones, 3) Motivarse a
sí mismo, 4) Reconocer las emociones de los demás, 5) Establecer relaciones.
Son capacidades
que quien las posee y sabe utilizarlas puede llegar a ser más feliz e
inteligente que aquellas personas que, aún teniendo un alto cociente
intelectual, carecen de habilidades complementarias.
La buena
noticia acerca de estas distintas concepciones de inteligencia es que ésta no
es una entidad fija, que está sujeta al aprendizaje y acepta el desarrollo y
entrenamiento de cada una de ellas. Por todo ello, nadie podrá decir de
nosotros que no somos inteligentes…