Aunque
es cierto que las condiciones de vida actuales provocan importantes respuestas
de estrés en las personas, es difícil decir que sean mayores o menores que las
que provocó el estrés en otra época. Además, las investigaciones sobre el
estrés coinciden en señalar que la forma en que las personas percibimos,
interpretamos y tratamos de hacer frente a estas situaciones es más importante
que las situaciones en sí, para provocar respuestas de estrés.
Es
verdad que se asocian múltiples aspectos negativos al exceso de estrés, pero
eso no quiere decir que el estrés en sí sea algo a rechazar o desarraigar de
nuestra vida. El estrés en cantidades y condiciones adecuadas no solo no es
malo sino algo necesario para tener una vida satisfactoria. Por otra parte en
la actualidad se han desarrollado técnicas capaces de controlar con eficacia el
estrés y sus consecuencias negativas. Estas
técnicas pasan por la intervención en los distintos sistemas: fisiológico,
motor y cognitivo.
Por
otro lado, es importante conocer cómo se activa el mecanismo que provoca el
estrés, el vídeo que incluimos en la entrada de este mes, nos enseña de forma
muy didáctica su funcionamiento.