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miércoles, 7 de octubre de 2009

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS III



"Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles


LAS SOLUCIONES


De pronto, seis de las niñas más populares de la escuela se sentaron frente a ella en el comedor. algo muy extraño, ya que nunca antes le habían dirigido la palabra. Conversaron de todo lo que suelen hablar las chicas de 11 años, mientras Jessica sólo se limitaba a escuchar. De repente, una de las niñas se volvió hacia ella y le dijo: "ayer estábamos tratando de decidir cuál de todas las niñas del curso es la más fea. ¿Quién crees que puede ser?". Jessica recorrió la sala lentamente, pensando que su respuesta debería ser muy buena. Sus ojos se fijaron en Rosa, de nariz larga y puntiaguda, rostro delgado y dentadura sobresaliente. - "Creo que es Rosa", respondió con vehemencia. - "No, no es lo que decidimos. Decidimos que eres tú la más fea", contestó la niña como si estuviera haciendo un comentario sobre el clima. Jessica sintió un nudo en el estómago, palideció, y se dio cuenta que la ira había reemplazado su sensación de náuseas. Pero se sobrepuso, levantó la vista de su bandeja de almuerzo y mirando directamente a las niñas, dijo: "Supongo que todo el mundo comete errores". Después tomó su bandeja y se alejó. ~
Inteligencia emocional en los niños. Una guía para padres y maestros. Lawrence Shapiro


Es necesaria una labor de prevención e intervención para evitar y minimizar las consecuencias descritas, a través de los procesos educativos. Estas actuaciones se relacionan directamente con lo que se denomina “Inteligencia Emocional”.


En los últimos años se está considerando 'este tipo de inteligencia' como más importante que la intelectual para que una persona logre la felicidad y el éxito en la vida. Desde que Daniel Goleman lanzó su best-seller en 1995, el término está siendo desarrollado y aplicado en múltiples facetas de la vida, y la educación es uno de ellos. Jessica (la niña del ejemplo) nos demuestra que posee un buen nivel de destrezas de inteligencia emocional, de lo contrario, el episodio, lejos de haber sido una anécdota, hubiera causado a la niña un alto coste emocional.


¿Qué es la inteligencia emocional? En el año 1990, los psicólogos estadounidenses Peter Salovey (Harvard) y John Mayer (New Hampshire), definieron por primera vez las capacidades emocionales más importantes: comprensión y expresión de los sentimientos, empatía, sinceridad, capacidad de adaptación, resolución de los problemas de forma eficaz, persistencia, amabilidad, respeto y sentido del humor.


Para que se de esta serie de habilidades es necesario desarrollarlas y educarlas. Y la tendencia actual es que estas destrezas son mucho más importantes que poseer una alta capacidad intelectual. Un entrenamiento en las habilidades de inteligencia emocional desde los primeros años de la vida, garantiza una especie de vacuna que protegerá a los niños de cualquier virus emocional con que se encuentren en la vida.


En las últimas décadas el avance en las sociedades occidentales de los sistemas sociales, de salud y escolares ha producido un incremento en las capacidades intelectuales, sin embargo a la vez se ha reducido la competencia emocional de esos mismos sujetos, utilizando como indicadores el aumento de la depresión y los suicidios, el consumo de drogas, la comisión de delitos, el abandono de la escuela, etc.


¿Cómo podemos estimular el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños? Veamos algunas ideas que nos pueden ayudar a cumplir esta tarea.



  • Es necesario enseñar disciplina. Es No es preciso ser rígidos, ni autoritarios, sino firmes. Deben existir reglas y límites claros, que tienen que ser respetados. Es conveniente que los niños se involucren a la hora de establecer estas reglas, ya que así estarán más dispuestos e implicados a cumplirlas.


  • Dé instrucciones claras y sencillas con voz amable y firme. Esto facilitará que los niños sepan con exactitud lo que tienen que hacer y aumentará la probabilidad de que realicen el comportamiento que esperamos.


  • Crear un ambiente positivo: esto incluye lograr una participación activa en la vida emocional de los menores, lo que refuerza la confianza entre padres e hijos. Para ello, se debe dedicar un tiempo especial con ellos, escucharles, felicitar sus esfuerzos y compartir alguna actividad gratificante. En este sentido, hay que señalar que las actividades pasivas, como ver la televisión, ayudan muy poco al desarrollo de capacidades emocionales.


  • A la hora de seleccionar las actividades extraescolares, deberemos optar por las que ayuden a desarrollar capacidades y habilidades personales como el trabajo en equipo, resolución de problemas, creatividad, esfuerzo, confianza en sí mismo, entre otras.


  • Es importante reunirse con el maestro del niño y formar un equipo coordinado con él. Si el niño observa que prestamos atención a 'lo escolar', él también se interesará por ello. Es necesario acordar pautas comunes para que el niño sepa a qué atenerse.


  • Enseñe lo que debe hacerse, no lo que no debe hacerse (por ejemplo: "coloca el abrigo en la percha", en vez de "no dejes el abrigo tirado en el suelo"). Además, puede demostrarle cómo se realiza ese comportamiento paso a paso, dividiéndolo en otros más fáciles de realizar. El entrenamiento a través de modelos adecuados (predicar con el ejemplo) es uno de los más efectivos.


  • El niño debe aprender que su comportamiento conlleva unas consecuencias (ya sean positivas o negativas) y debe ir modificando aquel a través de éstas. Éstas consecuencias deben tener relación con el comportamiento y ser proporcionadas. Es poco eficaz intentar modificar conductas no adecuadas únicamente a través de reprimendas o sermones; incluso esto puede aumentar la probabilidad de su aparición, ya que la atención que se presta de esta manera es un poderoso reforzador.


  • Con cada "no", ofrezca varias alternativas. Esto tiene un doble objetivo: poner límites, al mismo tiempo que le ayuda a desarrollar su habilidad para tomar decisiones.


  • Una habilidad emocional imprescindible es la de reconocer e identificar las propias emociones, al igual que expresarlas, para después aprender a manejarlas. Puede ayudar al niño a verbalizar cómo se siente cuando está enfadado, triste, alegre... Y sobre todo, hacerlo Ud. En la medida en que los chicos ven que sus padres o educadores son capaces de expresar cómo se sienten, ellos también podrán hacerlo.


  • El siguiente paso es manejar de forma adecuada las emociones y actuar y responder de manera proporcionada a las circunstancias. Ésta es la clave para el autocontrol emocional, para que los niños no estén a merced de ellas y se dejen llevar por su impulsividad. Además, esta destreza facilita la automotivación y el autorrefuerzo, tan necesarios para conseguir los propios objetivos.


  • También es esencial facilitarles el enfrentamiento a los problemas y su resolución eficaz, lo que reforzará la seguridad y confianza en sí mismos. También se aprende a través de la experiencia, por lo que nuestra tarea es guiar al niño para que encuentre soluciones y no intervenir directamente para resolverlo. En relación a esto hay que insistir en la importancia de la persistencia y el esfuerzo frente a las dificultades.


Los expertos en psicología infantil han observado grandes ventajas cuando los niños son educados en 'valores y emociones': en el plano fisiológico, los pequeños poseen niveles bajos de estrés y se muestran más relajados; socialmente, son niños más adaptados y aceptados en el colegio y tienen pocos problemas de conducta; en el aspecto cognitivo, son capaces de prestar más atención, y por lo tanto son alumnos con éxito en las tareas escolares. Todos éstos parecen poderosos argumentos para enseñar y entrenar a los niños en habilidades emocionales y sociales, que ayuden a prepararles tanto para el aprendizaje como para la vida.

"El mundo que dejemos a nuestros hijos
dependerá de los hijos que
dejemos a nuestro mundo".

Federico Mayor Zaragoza

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS II




"Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles

LAS CONSECUENCIAS


El hecho de que lo consigan todo de forma fácil y rápida, no permite el desarrollo de recursos para resolver y afrontar de forma eficaz los conflictos con los demás, pasando de un estilo de comportamiento inhibido (no siendo capaz de comunicarse de forma adecuada) a un estilo más agresivo (imponiendo su voluntad, sin saber respetar los derechos del otro).


Otro aspecto es la poca demora del refuerzo y baja tolerancia a la frustración que los niños pueden poseer, esto es, no aprenden a esperar lo que quieren y se sienten fácilmente frustrados por ello. En muchas ocasiones, esto puede generar situaciones de descontrol emocional y depresión.


Así, y con mayor frecuencia, vemos a adolescentes y jóvenes que han impuesto sus reglas en la familia, o mejor dicho, se les ha permitido imponer su "tiranía", y los padres y educadores se ven impotentes para manejar la situación, porque se les ha ido de las manos el control sobre el comportamiento de su hijo o hija.


Unido a todo lo anterior algunos especialistas señalan la proliferación de trastornos depresivos, problemas escolares y consumo de drogas entre la población infantil y adolescente con un inicio cada vez más temprano.

lunes, 5 de octubre de 2009

EDUCACIÓN EN INTELIGENCIA EMOCIONAL: UNA GARANTÍA PARA LOGRAR "LA FELICIDAD" DE NUESTROS HIJOS I




Hay que optar por el mejor camino,
no por el más fácil".

Karen Miles

CRECER ENTRE ALGODONES: ¿EDUCACIÓN DE CALIDAD?

La educación que están recibiendo los niños en la actualidad está siendo puesta en tela de juicio por muchos agentes educativos, que exigen el establecimiento de más normas y educación en valores, sobre todo por parte de las familias.


Y es que la familia ha vivido y está viviendo una transformación importante en nuestra sociedad que afecta de forma directa a la forma de educar a los hijos. Ya no es sólo la institución tradicional de madre, padre e hijos; la proporción de familias monoparentales (en la que sólo existe la figura materna o la paterna) se ha incrementado, al igual que la educación de los abuelos hacia sus nietos, en detrimento de la de los padres, y además añadiría las ‘nuevas familias’ de parejas homosexuales. Las parejas tienen menos hijos y menos tiempo para ellos, probablemente una de las causas con más peso haya sido la incorporación al trabajo de la mujer y la presión laboral y estrés de los padres.






En general, los niños de esta generación se encuentran inmersos en una "burbuja" muy acogedora y cómoda. Reciben todo lo que quieren, aún sin pedirlo, y están sobreprotegidos con el fin de evitarles cualquier contratiempo, por mínimo que sea. Los jóvenes carecen de hábitos de comportamiento y están acostumbrados a conseguirlo todo de una forma muy fácil y sin que sea contingente a su esfuerzo. La mayoría de ellos poseen ordenador, televisión en su habitación, videoconsola, conexión a internet, teléfono móvil y dinero suficiente para salir los fines de semana. Todo ello sin haber movido un dedo, con un mínimo nivel de exigencia.





Además, los niños no internalizan unas normas y valores que les dicten hasta dónde pueden o no pueden llegar con sus comportamientos y las consecuencias que traen consigo éstos. No tienen oportunidad para educar su control emocional. Quizás éstas sean algunas de las razones del incremento en la violencia infantil y juvenil.